3 de septiembre de 2013

¡Uno más!

Suele pasar: te compras un bolso la mar de mono, ideal para llevar al trabajo, al súper, de viaje, a una cita... y, cuando tu madre te lo ve, o te pone cara de pena para que se lo regales o, sutilmente y con un falso gesto de ofendida, te pregunta por qué no has comprado dos, uno para ella. 
Algo similar me sucede con los bolsos que me hago. En este caso, el culpable fue mi bolso bandolera de tela japonesa. Aparecí con él en casa de mis padres y a mi madre le faltó tiempo para sacarme telas de todo tipo para que le hiciera uno a ella. Pero con matices, claro: "más ancho, con base, con cremallera dentro...". Es lo que tiene tener una madre que, además de ser medio artista (¿de quién creéis que me viene la obsesión por coser, hacer joyitas, pintar...?), confía más que nadie en ti y cree que puedes hacerlo "más difícil todavía". Y bueno, ¡no puedes decir que no a una madre! ;)
Este es el resultado. ¡¡He cuidado todos los detalles, para que se sienta orgullosa de mí cada vez que lo lleve!! :)








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